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sábado, 6 de mayo de 2017

La practica de la flauta

¿Se puede acaso aprender algo acerca de un instrumento o un arte sin practicarlo?
La dificultad en el aprendizaje de un instrumento aumenta por el hecho de que la mayoría de los aspirantes a músicos de hoy en día, esperan recibir una fórmula que diga “Cómo debe usted practicar” esperando tal vez que se les especifique cómo hacerlo durante las horas diarias que practica, minuto a minuto, y eso significa, en este caso, que el maestro les diga todo. Sin embargo, pienso que el alumno debe de tomar sólo como referencia las pautas que se les da para practicar diariamente porque es muy importante que también utilice su fantasía, cree sus propios ejercicios, sea duro al auto criticarse y exigente consigo mismo.
La práctica de un instrumento como la flauta debe ser tomada como una experiencia personal que sólo podremos tener por y para nosotros mismos.
La práctica de la flauta y la de cualquier instrumento o expresión artística en general, tiene ciertos requisitos generales, independientes por completo de que sea pintura, danza, teatro o música. En primer lugar, la práctica de un arte requiere disciplina. Si lo que lo motiva se expresa como “estoy en el estado de ánimo apropiado” podría pensarse que dicha práctica constituye un hobby agradable o entretenido, más nunca una dedicación que lleve a proyectarse a un maestro en ese arte. Esto debe quedar muy claro: ¡la práctica si hace al maestro!.
Sin embargo, no se trata únicamente de la disciplina relativa a la práctica de un arte en particular, sino de la disciplina durante toda la vida. Cuando un instrumento  se practica con mucha dedicación por algunos años (normalmente en el período de aprendizaje), se llegan a poseer capacidades que nadie nos quitará por el resto de nuestras vidas; pero hay otras habilidades y destrezas que si no se siguen practicando diariamente nos abandonarán en corto tiempo, como el sonido, el dedaje, los matices y otros elementos.
Podría pensarse que para el hombre moderno no hay nada más fácil de aprender que la disciplina. ¿Acaso no pasamos ocho horas diarias en el trabajo, donde tenemos una estricta rutina, de una manera disciplinada? En cambio, es cierto también que el hombre moderno es excesivamente indisciplinado fuera de la esfera de su trabajo.  Cuando no trabaja, prefiere ser ocioso, haraganear, o, para usar una palabra más agradable: ¡relajarse! Ese deseo de no hacer nada constituye, en gran parte, una reacción contra la rutinización de la vida. Como el hombre está obligado durante ocho horas diarias a gastar su energía con fines ajenos, en formas que no le son propias sino prescritas por el ritmo de trabajo, se rebela y su rebeldía toma la forma de una complacencia infantil para consigo mismo. Asimismo, en la batalla contra el autoritarismo, el hombre ha llegado a desconfiar de toda disciplina. Sin esa disciplina empero, la vida se torna caótica y carece de concentración.
Vemos pues, que la mayoría de la gente que nos rodea debe trabajar ocho horas diarias encerrada entre cuatro paredes; en cambio los músicos, en cierta forma, somos “libres”. Entonces, ¿qué nos cuesta practicar un instrumento como la flauta por lo menos durante cuatro horas diarias?  Eso significa utilizar la mitad del tiempo de un trabajo de rutina. Y por si fuera poco, ¡tocar la flauta nos gusta!... entonces, creo que deberíamos meditar un poco acerca de esto.
Reflexionemos un poco de la concentración al practicar la flauta. Como todos sabemos, la concentración es una condición indispensable para el dominio de un instrumento; no obstante, en nuestra cultura, la concentración es aún más difícil de lograr que la auto disciplina. Muchos músicos toman su instrumento -supuestamente para practicar-, y al hacerlo están pensando en cualquier otra cosa, o tal vez están mirando por la ventana a ver qué pasa del otro lado, en vez de concentrarse en sus dedos, en el sonido, en la relajación, en la música, en el estilo de la pieza, etc. ¿Por qué no podemos concentrarnos cuando estamos a solas con nuestro instrumento?.
En la práctica de la flauta como en la de cualquier otro instrumento se requiere de mucha paciencia, al realizar los ejercicios de sonido en diferentes matices será muy difícil conseguir, desde un principio, un sonido que satisfaga al alumno y al maestro, pero si continuamos practicándolo diariamente con mucha paciencia, buscando la embocadura perfecta o más adecuada, llegará un día en que saldrá sin ningún esfuerzo causándonos quizá una grata sorpresa.  Lo mismo sucede al practicar una escala; la igualdad de los dedos al principio será irregular, pero si lo hacemos con paciencia y lo practicamos desde el principio muy lentamente y con la ayuda de un metrónomo, obtendremos buenos resultados en un plazo no muy largo.
Otra condición para aprender cualquier instrumento es, tener una preocupación suprema por el dominio del arte. Si dicho arte no es algo de suprema importancia, el discípulo jamás lo dominará; será, en el mejor de los casos, un buen aficionado, pero nunca llegará a ser un maestro. Esta condición es tan necesaria para el arte de tocar la flauta como para la de cualquier otro instrumento.
Por último, debe señalarse con respecto a las condiciones generales para dominar un arte que en la mayoría de casos no se empieza por aprender a tocar el instrumento directamente sino que deben aprenderse primero un gran número de cosas que aparentemente no tendrían ninguna relación con él. En este caso, un aprendiz del arte de tocar la flauta comienza con la práctica de notas largas, ejercicios básicos y escalas.
Si se aspira a ser un maestro en cualquier arte, se debe dedicar toda la vida a él, o por lo menos, relacionada con él. Esto no significa el apartarnos u olvidarnos de otras actividades de vital importancia como la práctica de un deporte, la buena alimentación, la lectura, el descansar bien, etc. Sin embargo, pienso que cuando una persona decide hacer algo prioritario en su vida, sea lo que sea, debe hacerlo con mucha pasión.
César Peredo
Lima, 1990.


[1] Este artículo lo escribí tomando como inspiración lo escrito por Erick Fromm en El arte de amar.

miércoles, 3 de mayo de 2017

La evolución de la música peruana

Muchos músicos se preguntan acerca de la evolución de la música popular peruana. Muchos soñamos con la internalización de nuestra música, seguimos esperando pero no sucede nada trascendental, porque? Según el reconocido compositor y musicólogo húngaro Bela Bartok, nuestro país es el más rico en vertientes musicales de todo el mundo, sin embargo no sabemos cómo explotar aquella gran riqueza. En lo criollo el vals y la polka son ritmos europeos los cuales fueron adoptados por los peruanos, existen cientos o tal vez miles de valses compuestos por peruanos, sin embargo todos son muy parecidos, las secuencias armónicas y melódicas son casi siempre las mismas, los compositores de este género son en su gran mayoría músicos empíricos, y es esta falencia la que hace que todo se escriba casi igual. Existen muchas composiciones buenas, escritas por algunas personas que tienen un don especial, sin embargo ellos no son la mayoría. Lo mismo ocurre en la polka, en la música afroperuana, en la música andina. 
Para poder contribuir a una real evolución debemos de estar preparados intelectualmente, hay que estudiar y adquirir los recursos técnicos para de esa manera poder crear a otro nivel. Lo empírico llega hasta un cierto punto y después de eso es necesario adquirir conocimientos técnicos, sin ellos nuestra música seguirá el mismo rumbo y se mantendrá en un estado silvestre, primitivo. Volviendo a los valses y las polcas, su desarrollo armónico y melódico no va más allá de lo mismo de siempre, en el caso de los valses siempre encontraremos la secuencia por quintas o terceras, lo cual ya está más que saturado. 
En el caso de la música afroperuana el problema es mayor, las melodías son pobres, no tienen un desarrollo, no tienen un clímax, no poseen una dirección, simplemente se hace una pequeña exposición de una melodía y luego se repite un coro el cual adquiere un carácter sobre todo ritual. En el caso de la música criolla (valses y polcas) sugiero hacer un estudio sobre las melodías para que estas tengan una primera exposición y luego desarrollen hacia un clímax para dar paso a un epilogo musical. Esto además debe de ir acompañado de un cambio atrevido en la armonía, buscar nuevas sensaciones lejos de las sucesiones de quintas y terceras. En lo afroperuano se sugiere algo similar, pues la melodías son cortas y pobres en desarrollo. Se debería de tomar como modelo las composiciones hechas en forma de canción, melodías que se inicien con una exposición y vayan dirigiéndose hacia un desarrollo y clímax para luego resolver con relajo en un epilogo melódico. Un buen ejemplo seria comparar la construcción y desarrollo melódico con un relato literario. Cuando un escritor escribe un cuento, va a describir el escenario, mientras paralelamente nos ira narrando una historia donde habrá tal vez uno o varios personajes. Estos personajes irán hilvanando diálogos, ideas, monólogos, etc. Qué pasaría si el escritor empieza a escribir el cuento, describe el escenario y nos dice por ejemplo: Juan conoció a Juana en una reunión familiar, luego el la invito a salir y dar un paseo a través de un hermoso parque. Si el relato se queda en ese punto, nunca sabremos qué fue lo que paso con la pareja, no sabremos si volvieron a salir, si llegaron a formar una relación, si se casaron, si tuvieron hijos, si desarrollaron algunos proyectos juntos, etc. 
Esto es algo similar a lo que sucede mayormente con la composición de la música popular en nuestro país. Si analizamos las composiciones ya hechas de cualquiera de estos géneros, nos encontraremos siempre con lo mismo y esto no nos llevara nunca hacia algo interesante. Tomando como ejemplo la música popular brasileña notaremos que en la década del sesenta, creadores como Antonio Carlos Jobim, se atrevieron por una necesidad natural, a buscar nuevos recursos, empezaron a crear melodías con forma de canción, a probar con nuevos enlaces armónicos y el resultado es conocido por todos, el nacimiento de la canción brasileña, con letras interesantes, con mensajes profundos, con armonías cautivadoras. Observando el ejemplo mencionado en el párrafo anterior, creo, deberíamos de tomar conciencia e iniciar un nuevo movimiento por la música peruana. 
 Otro punto importante dentro de estas sugerencias por una evolución en nuestra música se dirige hacia las bases rítmicas y percutivas. Si analizamos lo que sucede con la música caribeña y la brasileña, observaremos que sus ritmos son circulares, algo que no sucede con nuestra música. Los géneros mencionados en el caribe y en el Brasil poseen bases rítmicas que nunca se detienen, sin embargo en nuestra música sobre todo en la afroperuana, los ritmos siempre se detienen, tanto en el landó como en el festejo. La solución radica en que deberíamos de modificar los ritmos mencionados para que de esa manera puedan ser también ritmos circulares, ritmos que no se detengan cada cierta cantidad de tiempos musicalmente hablando. Si en algún momento se logra realizar ese cambio, nuestra música popular empezaría a experimentar un cambio profundo. La cumbia, el reguetón, son ritmos fáciles de entender, es por esa razón que la masa se identifica rápidamente con ellos. Los ritmos simples utilizados en las melodías hacen que la masa las pueda cantar con suma facilidad. Por ejemplo, las canciones en ritmo de salsa que es un ritmo caracterizado siempre por su complejidad rítmica llena de sincopas nunca gozo de popularidad a todas las etnias. Cuando se publicó la canción decisiones de Rubén Blades toda la gente se volvió salsera. Saben porque? Pues analizando los ritmos utilizados en la melodía de esta canción descubrimos que en el estribillo o coro, el compositor no usa la sincopa sino utiliza ritmos a tierra lo cual hizo que hasta los menos agraciados rítmicamente hablando, pudieran bailarla y cantarla. Lo mismo sucedería después con la canción lágrimas de su hermano Roberto Blades. 
Parte de la solución radica en que los músicos creativos se preocupen por estudiar música técnicamente hablando. Cursos como el análisis, la armonía y el contrapunto nos llevarían hacia otros parámetros los cuales serían de gran utilidad en esta ansiada transformación. 
Estos puntos expuestos, los cuales los he conversado en innumerables ocasiones con otros músicos creativos son siempre criticados dentro de una atmosfera de inseguridad por parte de la mayoría, los cuales al ser músicos empíricos temen abordar. Los tradicionalistas siempre se opondrán a los cambios, es algo que siempre ha sucedido y seguirá sucediendo mientras no haya un grupo de personas que se atrevan a un cambio radical y demuestren mediante hechos que hay un mundo nuevo por descubrir. 
El cambio tomara tiempo, hoy en día con la apertura de nuevas escuelas y facultades universitarias dedicadas al arte de la música, se va abriendo un nuevo horizonte para nuestro folklor. Existen nuevas generaciones que están siendo educadas y eso conllevara a un nuevo panorama musicalmente hablando. Es necesario convocar reuniones y conversatorios sobre los temas expuestos para que de esa manera se empiece a tomar conciencia del cambio necesario que nuestro folklor necesita para una evolucionar como debe de ser.

César Peredo